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June 18, 2024

Vivir 100 años

Revisa la nueva columna de opinión de Paula Loyola, Directora de Emprende tu Mente.

Hace unos días estuve en un acto con alumnos de ingeniería comercial en un concurrido auditorio de una universidad capitalina. Justo antes de terminar la conversación dentro de un panel con destacados gerentes de grandes empresas chilenas, una alumna me preguntó cuáles habían sido los mayores desafíos que había enfrentado como mujer en el desarrollo de mi carrera profesional.

Es una pregunta que me he hecho en más de una ocasión y que, a lo largo del tiempo, he podido responder con distintos matices. Hoy, a mis 51 años puedo decir que quizá el mayor desafío ha sido poder entender y asimilar que los ritmos de las mujeres difieren de los típicos ritmos más asociados al desarrollo tradicional de carrera.

Entre los 30 y los 40 años, cuando se espera que todo sea un espiral ascendente en la profesión, todavía muchas mujeres nos embarcamos en la maternidad, y aunque cada día la corresponsabilidad es mayor y los hombres se comprometen y disfrutan con la paternidad como nunca antes, es innegable que las guaguas están 9 meses dentro de nosotras y dar papa los primeros meses es difícil de delegar, a no ser que sea de fórmula.

Pero los niños crecen rápido, y las mujeres nos encontramos pasados los 45 años, de nuevo con tiempo y ganas de acelerar nuestra contribución y logros profesionales. Aunque en mercados laborales menos flexibles como el nuestro muchas veces no es tan fácil, las empresas que se dan cuenta y logran potenciar a sus mujeres 45+ saben de lo que hablo: compromiso, dedicación y capacidad de trabajo, buenas relaciones laborales, madurez y criterio profesional, visión estratégica, autonomía y liderazgo, por nombrar algunas de las características que prevalecen.

Si vamos a vivir hasta los 100 años, bajar la velocidad por un tiempo pasa a tener menos relevancia. No se trata de salirse del sistema, eso sí no lo recomendaría, pero en un mundo más evolucionado, estudiar una especialización, pasar por una ONG, dedicarse a la academia y tantas otras opciones, son igual de válidas que hacer servicio público o tomarse un año sabático.

Si vamos a vivir hasta los 100, además, hombres y mujeres vamos a tener que trabajar hasta los 70, porque vamos a querer seguir activos y además porque vamos a necesitar más ahorros para nuestra verdadera vejez, después de los 80 o 90 años.

Si vamos a vivir hasta los 100, más vale que nos tomemos en serio lo que será nuestra progresión laboral. Es difícil creer que vamos a estar en una sola cosa toda nuestra carrera. Recién pasada la primera mitad de la vida, puedo constatar que es posible hacer una carrera ejecutiva en grandes empresas en más de una industria y en más de un país, es posible emprender con éxito relativo y en más de una ocasión, hacer un magister, tener las ganas y la suerte de estudiar fuera del país, hacer cursos y aprender de materias como innovación, alta dirección, inteligencia artificial y ESG, ser mentora de emprendedores, estar en directorios de empresas, colaborar en fundaciones.

Y así, para vivir hasta los 100, como los habitantes de las zonas azules del documentalista de la National Geographic Dan Buettner, además de preocuparnos de cómo en Chile aumentamos las pensiones de la creciente generación plateada, cómo mejoramos la salud y la seguridad, cómo enfrentamos el dilema de la baja tasa de natalidad de 1,3 hijos por mujer, preocupémonos a nivel personal, no solo de comer de forma más natural, sino de seguir activos, aprendiendo, colaborando y construyendo nuestra carrera y yendo más allá de convenciones corporativas actualmente pasadas de moda.

Por: Paula Loyola, Directora de Emprende tu Mente.

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