En esta era, donde comúnmente se exige a los Estados una presencia activa y atención a las necesidades sociales inminentes, el análisis puede sonar hasta utópico. Según cifras de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), existe un déficit habitacional de casi 1 millón de hogares, entendidos como unidades de vivienda. Esta crisis responde a factores sociales, económicos y demográficos, formando una tormenta perfecta que no da respiro. Somos testigos constantes de desastres naturales y otros evitables, que afectan a nuestros habitantes y agravan las estadísticas de viviendas a nivel general.

En el pasado mes de febrero, tras el devastador incendio que afectó a Viña del Mar y Valparaíso, dejando sin hogar a más de 40 mil personas, decidimos tomar acción como equipo Rukann, denominándolo el proyecto Juntos Damos Hogares. Nos propusimos ser parte de la solución, abordando casos específicos y catalogados, con el objetivo de proporcionar unidades de vivienda de 15 a 36 metros cuadrados, las que pueden instalarse como cabañas o aprovechar un terreno en la playa, por ejemplo. En las primeras semanas, hubo aliados, y posteriormente continuamos nuestra labor de manera directa, manteniendo el rol de la iniciativa privada.

Gracias al aporte y apoyo de las manos que se nos fueron uniendo en el camino, pudimos atender a 7 familias, las cuales hoy han podido regresar a sus terrenos y recomenzar sus vidas y rutinas.

Tras más de 2 meses desde la emergencia, reflexiono con una sensación de llamado a que el sector privado, especialmente los emprendedores, sean parte del cambio. ¿Qué mayor empatía que aquellos que procuran ir en servicio de otros, de clientes que requieren soluciones, de familias que necesitan rapidez y no excusas ni demoras en su solución? A menudo, se tilda al empresario de carente de sensibilidad, pero qué visión más errónea, cuando como sociedad tenemos una clara interdependencia y cohesión que no podemos romper.

Soy un convencido de que ese tejido social y vinculante, que corporaciones como Emprende Tu Mente llevan adelante, junto con las conexiones con pares improbables y la generación de ideas inéditas, demuestran que lo empresarial y lo social no son opuestos, sino una mezcla beneficiosa para la sociedad en su conjunto.

Esta reconstrucción y los meses que vienen nos dejarán una instancia de reflexión para desarrollar soluciones y empresas adaptadas a un planeta cambiante, donde la resiliencia, la velocidad y el capital humano serán la gran diferencia en la forma en que nos recuperamos de una catástrofe. ¡El cambio puedes comenzar a liderarlo tú!

Por: Samael Vásquez, Co-fundador de Rukann.